La formación de un Maestro; en el año 1980, más precisamente entre los primeros días del mes de mayo en la Capital Federal, comencé mis primeros entrenamientos en un sistema marcial llamado, Chaiu-do-kwuan. Con solo cuatro años de edad, sin darme cuenta empecé a transitar sobre el preciado camino de las artes marciales, buscando inconscientemente una base fuerte para lo inimaginable hasta ese momento.
Unos años después, me despertó curiosidad y quería saber como era el Sipalki, ya que se sabia que era el padre del sistema que practicaba en esos momentos. Sumado también a esto las distintas visitas a donde veía que se practicaba artes marciales cualquiera sea esta, observaba la conducción y el contenido de esas clases y aprendía. Siempre se aprende algo por supuesto de las categorías avanzadas y hasta de las menores.
Y el tiempo paso hasta que llegue a mi primer cinturón negro a los 12 años de edad y las exigencias se incrementaron, quizás no tanto en la parte física, sino más en la parte de maduración. Cuatro años más tarde obtenía la seguridad de tener ese don que había buscado perfeccionar día a día, el de la enseñanza. El trasmitir y dar a las personas mis conocimientos. Algo maravilloso el poder ayudar a otros indiscriminadamente.
Comencé mi primer club a cargo, con tan buena suerte que a las pocas clases ya se habían agrupado unos seis alumnos. Al mes o dos, ya pasaban los quince, y a medida que pasaba el tiempo seguían viniendo más y más alumnos de diferentes edades, llegando a los cuarenta y tres alumnos, en menos de tres meses.

Aun con más propósitos que antes no quedando conforme, y queriendo ampliar aun más mis conocimientos seguí en la búsqueda de varios sistemas marciales: como el karate Shotokan, Ninjitsu, Seguridad personal, Aikido, Jiu jitsu, Iaido, Kenjutsu. Acompañando a estos conocimientos la formación para ser miembro de los grupos especiales de una fuerza de seguridad. Teniendo la instrucción en el campo de la defensa personal militar, la instrucción de tiro, etc. sumado a esto los diferentes cursos como tirador policial, encargado de armamento, instructor de tiro, tirador especializado (sniper), realizados tanto en el interior como en el exterior del país. Como por ejemplo el curso de técnicas de defensa, desarme y contra ataque; dictado por el Maestro Steven Segal, quien también me introdujo en el camino de la meditación.
Todos estos diferentes Maestros, Profesores e instructores me ayudaron a tener varias herramientas en distintas áreas pero para un solo fin... Conocer todos los limites de mi cuerpo hasta los inimaginable por acciones bajo presión tanto psicológicas como física, para obtener un equilibrio justo y una respuesta inmediata.
Todos estos conocimientos fueron unidos para la creación de un arte marcial que no sea referido solo a un conjunto de personas ni a especiales capacidades físicas, sino que capacite de manera progresiva y discriminada según sus posibilidades. Así nace “E. S. D. P. A. SAMURÁI” o la Escuela Superior de Defensa Personal Argentina Samurái, el 20 de octubre del año 2000. Con bases Coreanas-Japonesas en sus cimientos pero no olvidando la actualización y modernización de los diferentes campos necesarios en nuestra sociedad en este nuevo milenio, que nos exige tener y adaptar los conocimientos antiguos y nuevos a los tiempos que corren.